Abejarucos en el sur: el arte alado de la naturaleza

En los cielos cálidos del sur de España, el abejaruco europeo (Merops apiaster) despliega su plumaje como un arcoíris en movimiento. Desde finales de la primavera hasta el final del verano, estas aves migratorias llegan desde África para anidar en los taludes arenosos de ríos y campos abiertos, tallando con sus picos túneles donde criarán a su prole.

Son cazadores del aire: se alimentan de abejas, avispas y libélulas, que capturan con una elegancia que asombra. Pero no se lanzan al festín sin cuidado; primero golpean a sus presas contra las ramas para eliminar el aguijón, como si entendieran los secretos del veneno.

El sur les ofrece luz, calor y alimento, y ellos, a cambio, decoran el paisaje con su canto burbujeante y su vuelo festivo. Ver un abejaruco en libertad es sentir que la naturaleza aún conserva su pincel más brillante.

 
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